El mundo está cambiando y nosotros con él. No es tiempo para la nostalgia, seguro que todos tenemos en nuestra memoria cosas que no queremos que vuelvan, y otras más importantes a las que nunca les prestamos la atención necesaria. Algunos de los cambios están en nuestra mano.
Debemos de cuidarnos, ser más amables, más tolerantes, y ser capaces de ponernos en el lugar de los demás. Antes de abrir la boca, hay que abrir bien los oídos y escucharnos de verdad. Tenemos que empezar con nosotros mismos, reflexionar sobre lo que hacemos y lo que queremos. Celebremos nuestra diversidad. Si alguien queda atrás, retrocedemos todos, permanecer unidos nos hará más fuertes.
Con pensamiento positivo, aprenderemos a manejarnos en los nuevos contextos. Está en nosotros el poder de construir un mundo mejor con valentía y con humildad.
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